Mi poética

Mª Jesús Mandianes

Y entonces conocí a Chantal

Mi cabeza era un laberinto de ideas desordenadas, de emociones desbordadas a las que a veces le faltaban palabras para expresarse, otras se acumulaban entre la garganta y la mente para acabar naufragando en una libreta de poemas truncados.

Entonces, casi por casualidad, descubrí a Chantal Meillard, fue para mí como una revelación, la leí como si fuera un conjuro capaz de exorcizar el dolor y la muerte. “Escribir” era un grito de rebeldía frente al sufrimiento, para no llorar tan adentro, tan a escondidas y lo hice mío. Fue la pauta que me enseñó a dar forma poética a las reflexiones intimas que nacen de mi experiencia vital.

Después, conocí Wisława Szymborska, sus versos fueron una lección de pedagogía donde aprendí la pequeñez del ser humano frente al prodigio de la naturaleza. La sencillez de la palabra es la marca que define sus poemas; su manera de sublimar lo cotidiano para transformarlo en excepcional es el camino a seguir para esta pobre aprendiz de poeta.

Francisca Aguirre me enseñó a leer mi cuerpo, a quitarle hierro a esa tragedia del ser humano que es la vejez. A través de la ironía desarrolla un dialogo con cada uno de los órganos que componen ese armazón que, a pesar de los cuidados, acaba desmoronándose con el paso de los años. Toda una lección de humildad que acabo asumiendo hasta burlarme de los síntomas que muestran mi fragilidad, por primera vez me atrevo a mostrarlos en forma de un poema.

Aprender a escribir poesia es un proceso lento: desnudar el alma, pulir mi estilo, podar sin pena lo que sobra, desmochar los poemas de adjetivos, preposiciones y conjunciones, que crecen como las malas hierbas, impidiendo que aflore la idea principal. Soy una nueva Orlando que está aprendiendo a reducir sus poemas hasta que un día logre transformarlos en “idea” en estado puro.

                                                                                                 Mª Jesús Mandianes

Presentación Geografías íntimas: Sara, Teresa, M ª Jesús, Hector, Lois, Magui.

Geografías íntimas

Mª Jesús Mandianes

Compartir esta experiencia con un grupo de «locos de la poesía» ha logrado que no me siente una marginal; que este proyecto se materialice en un poemario nos une en una amistad intima, diría que mística: la poesía nos convoca en torno al sagrado oficio de escribir, escuchar, leer y reflexionar.

Somos rastreadores de «momentos únicos», los atrapamos con la mirada para plasmarlos en palabras como imágenes. No sentimos «impresionistas» capaces de perpetuar en una página en blanco, la catástrofe que puso patas arriba una vida, una pasión prohibida, el instante perfecto en que en el cielo se dibujaba un crépusculo naranja y «yo» paseaba al lado de mi «compañero para toda la vida».

Este poemario es un sueño que se ha ido convirtiendo en realidad con la complicidad de un grupo de seres humanos animados por el mismo aliento creativo. Cuando los sueños se cumplen a una ya no le importa ser la oveja fantasiosa de una familia de fenicios a la que aceptan con aire resignado: ¿Qué le vamos hacer?hay cosas peores.

Año tras año al ajuste de cuentas familiar yo solo aporto un montón de versos y siempre recibo a cambio una pregunta reproche: «niña» ¿pero eso da dinero? No, no da dinero queridos, de hecho los poetas, en general, somos unos muertos de hambre, pero a pesar de todo voy a seguir escribiendo poemas de amor, sexo y muerte. Es mi acto de rebeldía, mi liberación personal, mi reto.

Mª Jesús Mandianes

Mª Jesús Mandianes

Mariano Rufete (La desheredada) La explotación infantil


Introducción:

La industrialización supuso la generalización del trabajo infantil a causa de la precariedad económica de las familias. Los empresarios empleaban mano de obra barata y los padres dejaban que sus hijos fuesen contratados por patronos con pocos escrúpulos y mucha avaricia. La principal causa de la incorporación de niños y niñas al trabajo industrial era la situación de extrema pobreza en la que vivían millones de familias en Europa.

La justificación del trabajo abusivo de los niños se basaba en que era una forma de evitar el vagabundeo, la ociosidad y el alcohol; a los niños y niñas se les daba comida y un futuro trabajo que aprendían gratis. Al margen quedaban los salarios de miseria, los horarios y condiciones de trabajo brutales, la higiene y la moral dentro de las fábricas.

Los niños hacían toda clase de trabajos: trabajaban en fábricas, en el algodón y moviendo molinos, en las granjas, en casas como sirvientes, en manufacturas e incluso en las minas. Muchos niños vendían todo tipo de cosas en las calles. Casi todos los trabajos eran monótonos y fatigosos (reflexión de Mariano Rufete), La vida laboral comenzaba normalmente a los 8 ó 9 años, a veces empezaban a trabajar a los 6 años.

Análisis:
Galdós, empapado del naturalismo francés, en sus novelas desarrolla la personalidad de “individuos problemáticos” que no se ajustan a “los valores de la sociedad”. En ese sentido Mariano es un ejemplo, el paradigma del inadaptado; criado en un entorno social hostil, con una herencia genética negativa, que termina atrapado en una cloaca sin posibilidad de salida. En definitiva, es una víctima de la confluencia de la herencia y del medio. a

Desde mi punto de vista Pecado representa la injusticia social a la que eran sometidos los niños obreros; explotado en una soguería estaba sometido a una jornada laboral bestial realizando un trabajo mecánico que lo embrutecía y lo alejaba de la escuela. Como metáfora de un Sísifo infantil repetía día tras día la tarea de dar vueltas a un torno en un esfuerzo inútil que lo destruía como ser humano.

El personaje de Marino Rufete es el «prototipo perfecto» del determinismo genético desde donde Galdós desarrolla todas sus características:

El medio: huérfano, vive en los suburbios con una tía que lo pone a trabajar en una soguería en condiciones infrahumanas. Rodeado de oscuridad y de soledad queda reducido a la condición animal dando vueltas a un torno.

El determinismo fisiológico: consecuencia directa de la herencia genética familiar donde la locura del padre se traslada a los hijos como una maldición. Mariano incluso acaba sufriendo ataques epilépticos que afectan a su mente.

La raza: a pesar de que se entiende como la cultura histórica a la que pertenece un individuo, se podría definir a Mariano como un desarraigado, no tiene auténticas raíces.

Galdós adopta la mayor aportación de Zola a la novela, la técnica impresionista, que le ofrece la posibilidad de desarrollar símbolos psicológicos centrados en el espacio novelesco. La alcantarilla es un símbolo que anticipa el destino trágico de Mariano la muerte por garrote. La gran rueda del taller donde trabaja es otro símbolo de como rueda sin sentido para no llegar a ningún lado.

Mariano (pecado), después de matar accidentalmente a Zarapicos, consciente de la gravedad del hecho huye y se esconde en una alcantarilla, desde allí desarrolla un monólogo (estrategia del naturalismo) a través del cual la maestría de Galdós muestra toda la vulnerabilidad de un niño que tiene miedo. Apenas un adolescente (13 años) no va a la escuela, sin embargo, lleva impresa en la mente el concepto de “culpa” unido al de “castigo”, se convence de que merece ser condenado. Ese era la base de la educación religiosa que dominaba el siglo XIX y el instrumento de control de toda la sociedad, pero sobre todo de la clase obrera.

Es un animal acorralado incapaz de creer que puede ser perdonado, que merece un acto de “compasión” de la sociedad que lo explota, de la justicia indiferente a la esclavitud a la que estaba sometida la infancia obrera. Mariano embrutecido por el trabajo no se atreve a pensar que tal vez la culpa sea de los que lo persiguen.


Aprisionado en la cloaca siente que sus manos son parte de la máquina que lo domina y lo obliga a actuar “mecánicamente” anulando su capacidad de reflexión. Es parte del engranaje con la única función de realizar un trabajo repetitivo que solo requiere la fuerza bruta. Mariano es solo “fuerza bruta” incapaz del autocontrol de sus impulsos.

Galdós retrata a la perfección la ingenuidad infantil de Mariano, desfallecido de hambre y de sed solo hacen falta dos naranjas para que olvide su intención de no entregarse a la policía. Incapaz de controlar sus apetitos básicos se abalanza sobre ellas dominado por el instinto de supervivencia. Sobrevivir se convirtió en la meta de Mariano, un niño cuya única ambición era parecerse al guardia que le va a detener. La ausencia de modelos masculinos en su ámbito “familiar” le lleva a imitar a un modelo erróneo: la autoridad represora.

La cárcel será el destino final de “Pecado”, una imagen que representa a todos los niños pobres marginados y explotados, que acaban cayendo en la delincuencia. En este episodio el autor advierte que el aumento de la criminalidad juvenil está provocado por el abandono educativo y la desprotección de la de la infancia.


Galdós, gran observador de la realidad, realizó el retrato de Mariano reuniendo documentos médicos y periodísticos a los que tuvo acceso, ya que estuvo presente en el caso de Francisco Otero, un disminuido psíquico que atentó fallidamente contra el rey Alfonso XII.

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Otro aspecto a tener en cuenta en el desarrollo que el autor hace del personaje es la influencia de la obra de Goya, los cuadros del pintor representando niños jugando a soldados o peleándose o el aguafuerte del hombre ajusticiado en el garrote titulado “El agarrotado” y el dibujo “Muchos han acabado así” están relacionados con el trágico final de “Pecado”. Galdós es también un pintor que en “la desheredada” retrata la vida de las clases más desfavorecidas.

Conocedor de las ideas pedagógicas precursoras de la Escuela Nueva y de los krausistas se preocupa por la educación de los niños como única forma de regeneración de la sociedad española después del fracaso de la Revolución de 1868. Aunque a pesar de compartir ideología y finalidad no se le puede considerar krausista (el novelista nunca formó parte de la escuela krausista), puesto que consideraba que la Institución Libre de Enseñanza realizaba una educación elitista en la que se separaba a las clases más bajas de la actividad pedagógica.


No obstante, hay que decir que Giner de los Ríos fue un gran pedagogo que quería instruir a las nuevas generaciones en la creatividad y en la libertad frente al autoritarismo del siglo. Por eso ve en la obra de Galdós una referencia pedagógica, a través de sus textos podía hacer verdad una de sus principales creencias: las ideas no solo se tienen, sino que se viven, y donde mejor se viven es en el texto literario. Será uno de los grandes “maestros sin catedra” de algunos escritores.

Para finalizar, es en el siglo XIX cuando empiezan a dictarse en España las primeras leyes protectoras del menor, con las que se pretendía evitar la explotación de los hijos de las clases desfavorecidas. Por primera vez, el concepto de “infancia feliz” se percibe como algo a lo que tiene derecho cualquier niño, sea cual sea su origen; por primera vez se plantea que todos tienen derecho a la educación.



El Censor, vigía de la libertad de expresión

  • Estilo: Antología (36 discursos del periódico «El Censor»)
  • Editorial: Crítica, clásicos y modernos
  • Edición: Francisco Uzcanga

«El Censor» fue una revista periódica que nació con la voluntad de ejercer una crítica incisiva sobre los grupos de poder y los ideólogos que impedían la modernización del país; fue el principio del periodismo moderno que bajo el signo de la Ilustración pretendía «desengañar España»

Introducción:

Hablar de “prensa” en España antes del siglo XVIII supone reducir el concepto de «publicación» al relato de anuncios, avisos, hechos puntuales importantes o ediciones de carácter popular como los almanaques y pronósticos. Estos eran libritos adornados con imágenes, que se distribuían por los pueblos y ciudades, ofrecían los más variados contenidos: además de pronóstico del año incluían datos sobre los cambios de la luna, pensamientos, pautas de conducta, los más famosos fueron los de Torres Villarroel.

Es a partir de la ilustración (siglo XVIII) cuando nace un nuevo género literario: el periodismo, era el vehículo perfecto para difundir las nuevas ideas ilustradas y todo tipo de noticias: literarias, sociales o políticas. El periodista era un auténtico oráculo capaz de influir en la opinión pública y transformar la sociedad a través del lector, pieza fundamental de este triangulo; el lector debía ser receptivo y captar el sentido de los mensajes que publicaba el redactor “diciendo la verdad mintiendo” para así esquivar a la férrea censura, que no dudaba en secuestrar todos los números de un periódico crítico o directamente cerrarlo.

Con respecto al lector hay que puntualizar que en esta época el 80 % de la población era analfabeta, así pues, los lectores de «papeles periódicos» eran una minoría ilustrada compuesta por nobles y clérigos, miembros de la burocracia real, oficiales del Ejército y algunos sectores de la clase media como médicos, abogados, profesores y comerciantes.

En el nuevo periodismo destacó por su audacia y espíritu crítico “El Censor”, fue considerado como portavoz del movimiento ilustrado. En 1781 se publicó el primer número cuyo objetivo era “propagar el buen gusto” y la “corrección de costumbres” regenerando la sociedad española. Se público desde 1781 a 1787, sus editores fueron Luis Cañuelo y Luis Pereira. Añadir que su tirada nunca excedió los 500 ejemplares.

El periódico se apartó de las publicaciones periódicas de la época que se dedicaban sobre todo a la información y a la divulgación literaria, para seguir la corriente de The Spectator (crítica social y de costumbre). Tenía diferentes secciones:

  • Cartas al director (la mayoría eran ficticias y hoy se entienden como ensayos)
  • Confabulaciones utópicas.
  • Coloquios inventados.

Es fácil imaginar el impacto que supondría para la sociedad de la época que los editores se atrevieran a criticar los principios morales, religiosos y políticos hasta entonces inamovibles.  Y toda una audacia denunciar los errores políticos y los abusos en nombre de la religión. Nadie se libraba de su pluma incisiva, alternaba la crítica social y de costumbre con la crítica de las instituciones.

Criticaban la vanidad y la frivolidad de las clases más destacadas de la sociedad española, el aspecto ridículo de algunos personajes de la Corte, la imitación de las modas y costumbres extranjeras. Para los autores el origen de estos defectos sociales se encontraba en el carácter retrogrado y el inmovilismo de la cultura española.

Cuestionaban el sistema educativo, por anticuado, las instituciones por inoperantes y la ociosidad de los nobles por inútiles. En cuanto a la Iglesia, una de las cuestiones más polémicas tratadas por el periódico eran sus intentos de obstaculizar el trabajo del poder legislativo o entrometerse en asuntos de competencia civil, como ha hecho a lo largo de la historia e incluso en el siglo XXI: oponiéndose a los matrimonios homosexuales o intentando boicotear la ley del aborto, estos son solo dos ejemplos. Por descontado, el buen “censor” ignoraba los múltiples casos de pederastia que se denuncian en la actualidad.

La agresividad política de el Censor durante la década de 1780, hizo que fuese prohibido en varias ocasiones. Esta situación se agravó durante el reinado de Carlos IV. Los gobernantes, atemorizados por los sucesos revolucionarios ocurridos en Francia, impusieron una férrea censura. Floridablanca toma medidas drásticas para que las ideas revolucionarias no «pasaran la frontera», con la prohibición de publicar cualquier noticia relativa a los acontecimientos franceses. La censura no solo afectó a la prensa, también a la educación y a los libros.

Cuesta creer que a finales del XVIII (1791), se prohibieran todos los periódicos, salvo la Gaceta, el Mercurio y el Diario de Madrid. La prohibición fue un duro golpe contra todas las publicaciones periódicas y la Ilustración. Supuso un atentado contra la libertad de expresión y la imposición de una autentica “ley mordaza” para la prensa española, que llevó a la desaparición de la mayoría de los periódicos incluido El Censor.

Discurso VI: Carta de una dama (análisis personalísimo)

El Censor, como muchas de las publicaciones de la época, desde su superioridad intelectual “Ilustrada”, ridiculiza la figura femenina, mostrando a una “anciana de 40 años”, con presuntas tendencias ninfómanas, que se queja de la conducta de los varones con ella y su “belleza maltrecha”, como evidentemente “chochea”, pretende rivalizar con las adolescentes y le suplica al todopoderoso periodista que sea su defensor frente a todos esos muchachos que ponen en entredicho y menosprecian sus encantos.

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El periodista, se reviste de insigne pedagogo para dar una lección de humildad a la señora ,que si se hubiera dedicado a criar a sus hijos, a desempeñar las principales obligaciones de su sexo, y a leer lecturas convenientes para ofrecer una charla amena al varón no sería objeto de burla del selecto ambiente donde se mueve.

Está claro que los innovadores ilustrados mantenían las mismas críticas en torno a la conducta de la mujer que en épocas anteriores; mientras los hombres quedaban al margen de cualquier cuestionamiento. Ellos podían, y pueden, comportarse como “eternos adolescentes”, siempre encontraran una justificación benévola para sus excesos, pero ¡Ay de la mujer que se atreva a saltar las normas establecidas!

El Censor deja claro que la Ilustración establece un modelo de feminidad que se sigue basando en la maternidad y la familia. La mujer ilustrada no debe de ser frívola ni derrochadora, sino buena administradora de la economía familiar. No deberá seguir las modas perversas, ni exhibirse en público, ni mucho menos admitir cortejadores.

Las virtudes que debían adornar a una dama ilustrada seguían siendo: en primer lugar, la castidad seguida de la sumisión, la obediencia y la modestia. La ilustrada recibiría una “cierta educación” que la prepararía para cumplir sus obligaciones, pero siempre dirigida  a moldear el carácter. Su inteligencia y su espíritu crítico era mejor que siguieran hibernando.

Discurso XXXV: Reflexiones sobre la educación de los hijos

El Censor critica la excesiva severidad con que se reprimía a los hijos por cualquier causa, reflexionando sobre la necesidad de evitar los castigos corporales y las humillaciones. Tema en el que incidía de manera muy acertada el padre Feijoo, refiriéndose no solo a los padres sino a algunos maestros, a los que recuerda con amargura Villarroel en su autobiografía y contra los cuales prevenía el mismo Jovellanos.

Cañuelo censura esa severidad excesiva y los castigos corporales por improcedentes “acaban apagando el afecto y alejando a los hijos de los padres”. Intenta hacer comprender que el camino principal que los padres han de seguir en la educación de sus hijos es lograr su amistad sincera: «Un Padre debe hacerse igualmente amar y respetar de sus hijos”

Añade que otro motivo común de la severidad de los padres y los maestros se producen por “la falta de aplicación de los niños”, dice que, si los maestros tuvieran más maña y paciencia desterrarían para siempre la palmeta y la disciplina, que solo sirven para hacer odiar el estudio. Efectivamente, el refrán de “la letra con sangre entra” es una abominación que cierra la mente al niño y lo llena de inseguridades en su vida adulta. 

“La edad de la razón debe de saber establecer el equilibrio entre la autoridad del Padre y el respeto del hijo. En resumen, hay que tratar a los hijos con cariño, sentido común y confianza, dándoles la libertad adecuada, poniéndose en su lugar, comprendiendo que «un hijo, en llegando a cierta edad, es hombre del todo semejante a su Padre”.

El Censor añade que la más irracional de las severidades es tratar de impedir que los niños corran, jueguen y salten, castigarlos por eso es la mayor injusticia del mundo. El juego ayuda a perfeccionar sus facultades intelectuales y a dar fuerza y vigor a sus nervios. Aquí me reconcilio con el censor y alabo el buen sentido y la modernidad de su discurso.

Discurso XLVI: Que la superstición está entre nosotros más extendida que la impiedad

Se publicó en diciembre de 1781, con el informe favorable de los censores correspondientes. El autor ya supone que «las piedras van a levantarse contra mí.  Voy a ser tenido de la parte más temible de la nación, por un factor encubierto de impiedad«.  Acertó en todo, porque el discurso fue prohibido por el Consejo de Castilla después de su publicación y supuso la primera suspensión del periódico.

Se consideraba herejía todo lo que no era admitir ciegamente las doctrinas oficiales más absurdas, los sermones contra el siglo ilustrado, contra los ateos, contra los filósofos y la incredulidad dominaban los pulpitos, pero jamás se dijo una sola palabra contra la superstición. Un vicio que destruye las bases de la auténtica religiosidad.

Denuncia que las supersticiones más absurdas estaban instaladas en el seno de la iglesia: peregrinaciones, clavos del martirio de una santa, sangre coagulada, brazos incorruptos que devolverán la salud, todo ello no es más que una forma de idolatría mezclada con devoción. Afirma que solo se debe culto a Dios y pone en entredicho la multiplicación de imágenes de santos en los altares acompañados de leyendas truculentas que ocultan un desequilibrio masoquista (…qué es sino torturarse para vencer las tentaciones de la carne)

Declara que los que fabrican profecías y esparcen reliquias piensan que hacen un gran favor a la sociedad cuando lo único que logran es hundirla en el oscurantismo, mientras los príncipes de la iglesia guardan un beatífico silencio. Sin duda fue el estilo directo y convincente, la claridad del mensaje y la agilidad de la prosa la que alarmó a la censura, temerosa de que la autoridad de la que depende, o sea la iglesia, perdiera el gran negocio que supone la explotación de las infinitas supersticiones con las que vaciar los bolsillos de los feligreses crédulos.

SOBRE EL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN:

Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o de comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber injerencia de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

El derecho a la libre expresión es uno de los más amenazados, tanto por gobiernos represores que quieren impedir cambios, (como acabamos de ver en el post: cerraron la prensa y las fronteras para impedir que llegaran las ideas de la revolución francesa), como por personas individuales, dictadores, que quieren imponer su ideología o valores personales, callando los otros.

La lucha por la libertad de expresión nos corresponde a todos, ya que es la lucha por la libertad de expresar nuestro propio individualismo. Respetar la libertad de los demás a decir cualquier cosa, por más ofensiva que la consideremos, es respetar nuestra propia libertad de palabra.

Cadalso, ciudadano universal. Cartas marruecas

  • Autor: José de Cadalso
  • Estilo: Epistolar (ensayo)
  • Edición: Russell P. Sebold
  • Editorial: Cátedra

“¿Qué no se puede esperar con el tiempo de unos niños que en tan tiernos años manifiestan una alegría inocente, un estudio voluntario, una inclinación a todo lo bueno, y un respeto filial a sus padres?»

Que un ser humano con el nivel intelectual de Cadalso, se defina como “hombre de bien” y “ciudadano universal” es una invitación a leer detenidamente su discurso y, al menos en mi caso, acabar diciendo que lo comparto en «casi» todos sus puntos. El cosmopolitismo no es incompatible con el patriotismo, se puede amar a la patria y criticar imparcialmente a la nación realizando una crítica constructiva.

Uno puede considerar que es puramente accidental haber nacido en cualquier parte del globo sin que le llamen “subversivo” (introducción y carta III). Estoy segura de que si Cadalso hubiera vivido en el siglo XX se atrevería a imaginar un mundo sin barreras ni fronteras, tal vez fuese un seguidor incondicional de John Lennon.

Retomo su discurso convencida de que tendría que ser una lectura obligada para todos los aprendices de políticos y para los ciudadanos en general: “el patriotismo mal entendido en lugar de ser una virtud, viene siendo un defecto ridículo y muchas veces perjudicial para la patria” (carta XXI). El análisis crítico del concepto de nacionalismo, realizado por un ilustrado en el siglo XVIII, se le podía aplicar a esos “patriotas” que hace unos meses se tiraban a la calle peleándose por ver quien la tenía más grande (me refiero a la bandera).

Al hilo de ese “patrioterismo” exacerbado se podría aplicar la carta XLIV de Nuño (Cadalso) a Gazel. Donde vuelve a incidir en que el “amor a la patria” es tan ciego como cualquier otro amor y «si el entendimiento no lo dirige, puede muy bien aplaudir lo malo, desechar lo bueno, venerar lo ridículo y despreciar lo respetable». Seguidamente habla de la progresiva decadencia de España desde los últimos Austrias hasta los Borbones, poco a poco el país se desmoronó por la dejadez de sus gobernantes: La agricultura estaba arruinada, las fábricas destruidas, le comercio pasivo, las ciencias tediosas y el pueblo sin reaccionar, durmiendo una eterna siesta mientras soñaba con glorias pasadas.

¿Y a todo esto que hacia la nobleza? Lo explica claramente en la carta LXXXV: «Se levantan tarde, toman chocolate caliente, oyen misa, dan cuatro paseos, van a la tertulia, rezan el rosario y se meten en la cama«. Como en los siglos pasados, en el XVIII el trabajo era incompatible con la condición de aristócrata. Los nobles no producían, recibían solo beneficios y, además, tenían el privilegio de no pagar impuestos. El resultado era una clase social ociosa, inútil e inculta que vivía anclada en el inmovilismo.

Pienso que, desgraciadamente, a pesar de los siglos pasados no han cambiado tanto las cosas, los impuestos caen fundamentalmente sobre la clase media, mientras que la alta burguesía, la “realeza”, y los inversores, se libran de la presión fiscal a través de esa creación del nuevo capitalismo llamada “ingeniería financiera”, así los que presumen de amar mucho a España tienen su dinero a buen recaudo en algún paraíso fiscal con la más absoluta impunidad.

La carta IX tiene una especial importancia porque hace referencia a la “leyenda negra” que en Europa se difundió con respecto a los desmanes de los españoles en la conquista de América. Se centra sobre todo en la actuación de Hernán Cortés, cuyo proceder en la conquista del Imperio Mexica pretende justificar a través de una serie de argumentos, como que actuaba bajo ordenes superiores o el tan manido de evangelizar a los nativos y acabar con las idolatrías que incluían sacrificios humanos.

Todos sus razonamientos son discutibles, pero lo más destacado del discurso es que pone en evidencia la hipocresía de las distintas naciones europeas, que eran tan colonialistas como España, repitieron los mismos desmanes y practicaban con la misma impunidad el esclavismo, sobre el cual se consolidaron las grandes fortunas de toda Europa:

los pueblos que tanto vocean la crueldad de los españoles en América son precisamente los mismos que van a las costas de África a comprar animales racionales de ambos sexos a sus padres, hermanos, amigos, guerreros victoriosos, sin más derecho que ser los compradores blancos y los comprados negros; los embarcan como brutos; los llevan millares de leguas desnudos, hambrientos y sedientos; los desembarcan en América; los venden en público mercado como jumentos, a más precio los mozos sanos y robustos, y a mucho más las infelices mujeres que se hallan con otro fruto de miseria dentro de sí mismas; toman el dinero; se lo llevan a sus humanísimos países, y con el producto de esta venta imprimen libros llenos de elegantes inventivas, retóricos insultos y elocuentes injurias contra Hernán Cortés

Mi admiración por Cadalso crece al leer en la carta LXXII como crítica sin piedad las bárbaras costumbres hispánicas, entre ellas “las corridas de toros” ¿se puede calificar de “arte” torturar a un animal hasta matarlo de la manera más salvaje? Los países civilizados consideran que el maltrato gratuito hacia los animales no es admisible, y se considera un delito. Pero esta salvajada no es única, somos un pueblo que se divierte maltratando a los animales: el toro de la Vega, el salto de la cabra, el toro de fuego… son algunas ¿tradiciones? que unos cuantos antipatriotas consideramos vergonzosas, el discurso de este intelectual confirma que no estamos equivocados.

Prosigo el descubrimiento de “mi alma gemela” y llego a la carta LXXV e la que una viuda de 24 años acaba de enterrar a su sexto marido, no puedo dejar de sonreír al ir leyendo todas las desventuras que llevaron a la tumba a los esposos de “la viudita nacional”. Pero llegó a la reflexión final, tan parecida al “Si de las niñas”: “Nada de esto hubiera pasado si me hubiera casado una vez por mi gusto y no por el de mis padres” … y leo como el sabio Ben-Beley acaba reflexionando como no hay diferencia alguna en ser esclava del padre o esclava del marido. Realmente esta era la disyuntiva a la que se enfrentaban las mujeres de épocas no tan lejanas.

La carta LXXVI, insiste en analizar la feminidad desde la óptica de su tiempo (a mí modo de ver, muy poco acertada e incluso ofensiva) parece ser que “la coqueta” se lo pasaba muy bien engañando a cualquier hombre que se le pusiera a tiro, porque su único objetivo en la vida era “gustar”, por eso gastaba el tiempo en su cuidado personal, en ropa, cosméticos y demás frivolidades.

Las únicas preocupaciones de ellas serían ir al teatro, exhibirse en carroza por el Paseo del Prado acompañada por su chichisveo de turno, y poco más. No necesitaban instrucción porque los hombres preferían a las mujeres bellas y tontas; por consiguiente, son ellos los responsables de la pobreza intelectual de las mujeres

Se entiende, claro está, que Cadalso se refería a las aristócratas y a las mujeres de la alta burguesía (la minoría); porque el resto tenían bastante con sobrevivir a los numerosos partos, criar a los hijos, ver como morían por desnutrición y falta de cuidados médicos, aguantar a maridos borrachos, y remendar mil veces su único vestido y sus únicos zapatos.

Conclusión:

Cartas marruecas es una reflexión clarividente del “Problema de España”, que se podría considerar una continuación del análisis hecho por Feijoo. Posteriormente Larra incidiría en el tema, que continuaría con los regeneracionistas y más tarde con la generación del 98.

A través de las cartas, Cadalso describe la realidad social, cultural, política, y económica, del país. Crítica a toda la sociedad, al pueblo, los mercaderes, aristócratas inútiles, el clero y los problemas de la época como la falta de educación, la necesidad de aparentar o las ridículas modas.

El origen de la decadencia está en los tres defectos de los españoles: el orgullo, la pereza y la apatía que impiden el progreso. Cadalso, como buen ilustrado tenía un profundo sentido europeísta y la mente abierta para asimilar todas las innovaciones que estaban cambiando el mundo y eran imprescindibles para que España entrara en “la modernidad”

Sobre José de Cadalso:

(Cádiz, 1741 – Gibraltar, 1782) Estudió en el colegio de los jesuitas en Cádiz y aprendió inglés, francés, alemán e italiano en sus frecuentes viajes por Europa. Fue, con Jovellanos, una de las figuras literarias más importantes del siglo XVIII. Se orientó hacia la carrera militar, llegando a obtener el grado de coronel. Siguiendo sus diversos destinos, residió en varias ciudades españolas, sobre todo en Madrid, donde entró en contacto con los círculos literarios del momento.

Inició su producción literaria con una serie de dramas de corte neoclásico, como Sancho García (1771), algunos de los cuales fueron prohibidos por la censura. A continuación compuso una sátira contra la pedantería de ciertas clases sociales, Los eruditos a la violeta (1772), con la que obtuvo su primer éxito literario.

Siguiendo en la misma actitud crítica, próxima al espíritu de la Ilustración, José Cadalso escribió su obra más famosa, las Cartas marruecas (1789), inspirada en las Cartas persas de Montesquieu. En ellas, la España de su época es presentada en sus contradicciones y ambigüedades a través de la mirada exterior de un viajero de origen marroquí.

Tiene una historia romántica con la actriz María Ignacia Ibáñez, que muere repentinamente, ese hecho generó una profunda crisis en su ánimo. Tanto es así que se cree que hay un trasfondo biográfico del tema en Noches lúgubres. donde el protagonista, roto de dolor por la muerte de la amada, se dispone a desenterrar su cadáver con el consiguiente horror de los que le rodean. Cadalso murió en el sitio de Gibraltar en 1782 sin descendencia y con la mayoría de su obra inédita.  


Siguiendo los pasos de Safo

Collage de Mª Jesús MandianesNo se, si como profetizaba Safo en el siglo VI AC, “alguien se acordará de nosotras en el futuro”. En Blogueres de Sant Martí la hemos recordado a “ella” y a otras poetas, que siguiendo sus pasos, no se resignaron a perder el tiempo que les concedió Júpiter hilando y deshilando una vana esperanza, a la espera de que Ulises salvador las redimiera de la rutina.

Como ellas, preferimos crear nuestro propio proyecto de vida y dejar que las palabras fluyan ligeras, mientras dure ese breve paréntesis que va desde el vacío primordial al vacío final. Volcamos sobre el papel  nuestros pensamientos, sensaciones, motivos, y la lucha diaria por “Ser”, intentando acercarnos a la «razón poética» de María Zambrano.

Y construimos nuevas metáforas, otras formas de interpretar la poesía, convirtiéndola en música, en danza, en pintura y ¿Por qué no? en coloridos «collages» para expresar las emociones que nos inspiran sus versos.

Mª Jesús Mandianes

 

Hilos

 Collage de Mª Jesús MandianesTitulo: Hilos

Autora: Chantal Maillard

Estilo: Poesía

Editorial: Tusquets

Grandes palabras como Dios, verdad, mundo, realidad, no son más que pensamientos y esos son los Hilos, exteriorizados como Poemas-Husos, que  cada una de ellas es un hilo mental. En Hilos, hay un personaje que tropieza con los conceptos, los cuestiona, pero cada vez que lo hace se paraliza y termina siendo el personaje “Cual”: (Entrevista del País)                                                                                                           

Reflexión personal:                                                                                                                           Los versos de Chantal están compuestos de palabras en las que profundiza,  intentando recuperar su sentido original, como cuando las pronunció por primera vez el ser humano, repitiéndolas despacio, tratando de entender su alcance. Las exprime hasta reducirlas a la idea abstracta, las desmenuza, busca todos los significados y encuentra otros nuevos, invitando a la reflexión filosófica, a com-padecer-la, expresión que repito mentalmente al final de la lectura de cada uno de sus poemas-huso,  interpretándola como “padecer con ella”

Porque en sus poemas no hay palabras que consuelen, ni que liberen de la angustia. Son cicatrices abiertas, son vértigo, inquietud, angustia, miedo, sentimientos que nacen del sufrimiento que siente ante el suicidio de su hijo. Sus versos son gritos de aflicción por una pérdida irreparable, también por su enfermedad, por eso el huso principal es el dolor… probablemente sin la escritura no hubiera podido sobrevivir a tanta perdida.

Análisis y resumen:                                                                                                                                El poemario se divide en dos partes: Hilos y Cual. Hilos a su vez se subdivide en varias partes. La primera se titula Poemas-Husos está constituida por 24 poemas, que se mueven sobre un único huso, como una metáfora sobre el estado de animo. Le siguen otras siete secciones: Calma, Irse, De pie, Irse, El cuarto, Visitas o sueños; La luz, el aire, el pájaro.

Son poemas donde la autora analiza sus sentimientos y emociones desde “afuera”, distanciandose del propio “Yo” para poder relativizar la mágnitud de su sufrimento, inventado palabras que le ayuden a cambiar su realidad, a transformarla, creando una nueva realidad que e ajuste a los vocablos que ha creado. Rompiendo así el esquema de la filososofía racionalista, cuyo pilar fundamental es la razón como fuente de conocimiento y la realidad que existe fuera del sujeto que la percibe. Al contrario Chantal pone en duda la existencia de esa realidad, considera que todo lo que llamamos «real» depende, exclusivamente de nuestra conciencia, de nuestras ideas.

Uno”, poema en el cual Chantal parece cuestionar su propia identidad, enredada en una telaraña de “sospechas” “dudas” y “contradicciones”. Donde a veces cuesta entender el sentido que quiere darle a cada palabra. “Uno” como concepto filosófico que define la unidad primordial del ser, uno siguiendo el “hilo” metafórico de una idea que la mente segrega y va “hilando”.

Pero no hay silencio.

No mientras se dice.

No lo hay. Hay hilo,

otro hilo.

La palabra silencio dentro.

Dentro de uno-¿Uno?

En el “Pánico” (pág.21) la poeta describe el terror que siente en su interior invadiéndolo todo: Su yo, su habitación, su casa. Usa neologismos (giro nuevo en una lengua) compuestos de dos palabras y guión: casa-huesos. Corta los versos con continuos puntos seguidos reduciéndolos a hilos (pensamientos)

El cansancio. La sed. El pánico,

Dentro,

Fuera no se mueve.

Dentro, pánico.

Humedad que traspasa

la casa-huesos

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